16.5.06

Doña perfecta

Es cierto que apenas escribo. Voy actualizando de mes en mes, como el que paga una letra, quitándome el remordimiento de encima, pensando que he cumplido. No sé por qué. Este blog no me ha dado más que satisfacciones, en forma de amigos que me hacen sentir apreciada, o como una manera de introspección a veces, o de manifestación otras.

Pero me está costando. Por alguna razón que desconozco, mi mente es cada vez más reacia a ordenar pensamientos. Y no sólo no me permite actualizar el blog, me impide pensar con claridad, y me impide concentrarme en el trabajo. Es una sensación extraña; por una parte siento que quiero contar muchas cosas, y por otra soy incapaz de pararme y procesarlas. Es un camino extraño, porque al final me siento paralizada en general. Pero no es algo nuevo. En el fondo siempre he sido como soy ahora, sólo que todo lo que siempre he sido se ha ido acrecentando con los años. Vale, es probable que ahora sea más graciosa que antes, pero también soy más asustadiza, más desconfiada, más temerosa. Lo malo es que sigo conservando ese carácter impulsivo, ese discurso vehemente, y entonces mis dos lados se encuentran y supongo que se enzarzan en una extraña lucha que, obviamente, no lleva a nada más que a un constante mareo de pensamientos que asaltan mi cabeza.

A veces he llegado a sentir físicamente ese extraño ir y venir de sentimientos y pareceres, y creo que a veces los noto chocar entre ellos, como pequeñas corrientes. “Soy muy mala trabajando”, “En casi siete años no me ha faltado trabajo”, “Nunca se me ocurre nada brillante”, “Por qué lo intento otra vez, no lo voy a lograr nunca”, “Si lo hubiera hecho antes…”, “Por qué no dejo de llorar y cambio?”, “¿Para qué me molesto…?”

No sé muy bien qué me pasa, pero intuyo que mi mente procesa cada paso de mi vida como una obligación, como si el placer hubiera desaparecido de ella. Si trabajo todo tiene que estar bien pensado, si voy a un concierto tengo que saberme las letras de las canciones, si visito una exposición debo conocer la vida y obras del artista, si tengo un amigo, mi amistad tiene que ser la mejor. Por alguna razón me he impedido ser persona, me he impedido equivocarme, meter la pata, desconocer cosas… y eso está bien si eres perfecto, pero por desgracia, y dado este perfeccionismo que parece haberse instalado en mi alma, soy la mejor en algo: en ser la peor.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Pero bueno!! La peor dice. Voy a pedir el cierre del blog por difamación. No te me preocupes tanto por las cosas mujer. Yo tampoco me sé las letras de los arctic monkeys, confieso. Y sí se te ocurren cosas, y escribes muy bien (aquí hay unas cuantas muestras).

Y está bien que quieras que las cosas salgan veeeery well, pero perfectas no le salen a nadie. La de veces que habré metido yo la pata en todos los campos posibles... No voy a recordarlo que acabaré como en tu foto.

Y eso, quee nadaaa!! A alegrarse por ver a los Arctic mañana, y a escuchar Avenue Q y a Rufus.

Un besito

Anónimo dijo...

bueno, no le des tantas vueltas y a vivir... estar contigo en el parque de las tetas de Vallecas es maravilloso.

besitos

Anónimo dijo...

Pues aquí lo que yo veo, queridísima Ilse, es pura genialidad. Hasta desnudando lo negro del alma eres buena, ni me imagino el resto. Y es que este blog, aparte de hermoso, arriesgado y sincero, lo considero una joya del narcisimo hot, de ese género apenas iniciado en la red de exhibicionistas emocionales, aun insuficientemente reconocidos, de seres singulares que tienen las pelotas (o los ovarios, si eres muy progre) de quedarse en cueros para toda una gigantesca, masiva y potencial audiencia. Un acto de valor suicida incontestable, un full frontal inolvidable, especialmente cuando lo hace alguien que no está a gusto con tus caderas. Ole, ole y ole. ¿Quien pudiera calentarte la cama en una noche así, de naufragio, para que la ferocidad de tus groupis te quitaran esas ideas por la vía táctil y carnal?. En un pis pas arreglábamos ésto. Luego, con mas calma, sería cosa de ir haciendo dibujitos, pero al principio siempre, guerra y admiración. Maestra! Dominatrix! Diosa!

En fin, algo habría que hacerte, no sé si montarte un club de fans, hacernos camisetas o directamente tatuarnos una vesión pop de tu mejor foto. Pero algo hay que hacer. Porque si una chavala como tú, a la que queremos y admiramos, que nos ha ganado por cuatro trazos que apenas nos dedica, una mujer a la que todos deseamos, desde cualquier acera, se siente una perdedora, no te cuento donde nos pones al resto. Que no somos dignos de que nos pises la cocorota con tus tacones de aguja al bajarte de la limusina para recoger el premio a toda una vida. Y eso mientras susurramos... dioss, estoy sientiendo clavarse su tacón... Y de esa cicatriz que nos dejes, querida Ilse, sacaremos siempre fuerzas.
Con admiración sin límites, le ruego que levante la vista del suelo, que allí estamos los demás y siga adelante con su blog y su vida (por ese orden) o tendremos que inmolarnos en uno de sus conciertos favoritos para que al menos inhalando las cenizas de sus encendidos (sic) admiradores alcance un subidón suficientemente grande para entender que los mortales no la merecemos y que sin su blog y su afilada pluma, la vida es mucho menos interesante. Que, cayendo en el tópico, si no existiera, tendríamos que inventarla.

Siempre suyo,
Anónimo Sánchez

Anónimo dijo...

La verdad, te entiendo a la perfección. Supongo que no he vivido ni la mitad de cosas que tú (tengo 19+1 años), pero no puedo evitar estar como perdiendo el tiempo en ser la "mejor" en todo lo que hago, con el único afán de no desentonar. No se... es raro, pero creo que debo cambiar el chip! LA vida es breve y hay que tomársela no-enserio, a fin de cuentas... no viviremos eternamente. O eso dicen. Ah! Escribes genial,eres muy transparente. Hasta otra!

Risingson Carlos dijo...

Yo te digo algo más práctico: esto va por rachas. Intenta no dejarlo, escribiendo cualquier chorrada - repito: cualquier chorrada, cualquier cosa aunque tú la consideres una chorrada -, y en cuanto tu vida, te diría que hicieras lo mismo que yo: escapar un ratito.

Te quiero un huevo.

Anónimo dijo...

Joder, qué negativo ese final... todos tenemos malos días pero realmente tú no crees en ese final.